¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la educación
frente a los medios masivos?
La educación necesita dar
respuesta a los desafíos que surgen: las nuevas formas de conocer; la creciente
complejidad social, caracterizada por la contradicción y la incertidumbre; la
globalización y la cultura mediática con las que debe compartir su espacio
tradicional.
Mientras que la tradición escolar
ha identificado el conocimiento con la acumulación de saberes ordenados,
clasificados y jerarquizados, hoy sabemos que el conocimiento se construye
individualmente, que el aprendizaje es una actividad intencional, y que, por
tanto, depende de la voluntad y de la predisposición para participar del
proceso de enseñanza–aprendizaje.
La revisión de los conceptos de
enseñanza como mera transmisión de conocimientos, y de aprendizaje como
receptividad pasiva de la información transmitida, propone la aparición de la
idea de gestión del conocimiento, entendida en el sentido de saber cómo acceder
a las informaciones necesarias, seleccionarlas, articularlas y aplicarlas a un
determinado objetivo
Sin embargo, esa tradición se
encuentra en crisis. Pérez Tornero señala varias claves que la definen:
• Crisis en los currículos escolares. La producción del saber es tan
intensa y circula tan rápido por todos los medios, sobre todo los electrónicos,
que no se sabe cuál es el modo más práctico y seguro de fijar los ítems que
compondrán la práctica docente.
• Crisis en el rol del profesorado. De tradicionales transmisores del
saber, en medio de un mundo que genera nuevos saberes fuera de las aulas, los
profesores y las profesoras ven cómo van perdiendo la función para la que se
formaron y empiezan a verse sometidos a nuevas exigencias y requerimientos que
muchas veces no comprenden o no desean asumir.
• Crisis en el lenguaje que funda la escuela. Su escriturocentrismo
tradicional resiste con poca convicción el predominio de los nuevos lenguajes audiovisuales
y la informática.
• Crisis de recursos técnicos. Comparadas con el entorno inmediato,
las escuelas se han quedado desfasadas en su tecnología, incluso en el mundo
industrial más avanzado.
• Crisis de valores y de sistemas de socialización. Una escuela
fundada en la pura tradición burguesa, es decir, centralizada, casi siempre
nacionalista, asistencial y fabril, se encuentra abocada a sobrevivir en una
sociedad postindustrial, globalizada y multicultural.
• Crisis de gestión. Se están quedando obsoletos los modelos de
organización y de gobierno basados en el control estricto del aprendizaje y en
su dirección lineal, en la comunicación jerárquica, en la evaluación ajustada a
criterios de repetición, y, en general, en la burocratización, ocupada más en
la reproducción de lo existente que en la adaptación a los cambios, en la
innovación o en la creación.
El desafío al que comunicadores y
educadores deben hacer frente es al del atrincheramiento en miedos y
prejuicios. La integración de los medios como parte del proceso de
enseñanza–aprendizaje y el análisis conjunto de las cuestiones que tienen que
ver con la formación de los ciudadanos, pueden ser la vía de superación de
estériles y obsoletos desencuentros.
Son varios los factores que los
determinan: la necesidad de un cambio educativo ante un nuevo modo de conocer;
las exigencias de una sociedad compleja, en la que los fenómenos sociales están
cada vez más interrelacionados y que deben aceptar la contradicción y la
incertidumbre como métodos de acceso al conocimiento; la globalización; y la
existencia de una cultura mediática que ha ocupado espacios hasta hace poco
reservados al sistema educativo saber.
De acuerdo con todo lo anterior,
los desafíos que deben afrontarse en la educación del siglo XXI pasan por un
cambio de mentalidad y de actitud tanto en los alumnos como en los profesores.
Frente a la identificación tradicional de la educación como transmisión de
conocimientos, se impone un nuevo concepto: el de la gestión del conocimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario